Gestionando Custodias Compartidas con Compromiso

La custodia compartida, aunque busca el bienestar de los hijos, puede plantear desafíos significativos cuando la relación entre los progenitores no es óptima. La falta de una comunicación efectiva puede dar lugar a conflictos sobre la interpretación del convenio o la sentencia. Problemas como traslados de los menores, asistencia a eventos, fiestas y cumpleaños, decisiones relacionadas con creencias personales como el bautizo o la comunión, asistencia a viajes, campamentos, elección del colegio o universidad, tratamientos médicos, entre otros, pueden generar tensiones.

Entendemos que cada una de estas decisiones requiere comunicación, evaluación de pros y contras, y llegar a acuerdos. Cuando la relación entre los progenitores no favorece este proceso, es comprensible que recurrir al juzgado parezca la única opción. Sin embargo, la constante intervención judicial puede no ser la solución más efectiva ni beneficiosa para ninguna de las partes involucradas.

Quizás este sea el momento para sentarse y hablar. Aunque puede ser difícil, contar con el apoyo de tu abogado o incluso recurrir a la mediación puede facilitar la restauración de una relación saludable, centrada en el bienestar de los hijos. Establecer bases sólidas para la toma de decisiones, desde la medición o acuerdos negociados, puede ser fundamental. Aunque el proceso de ruptura inicial puede no haber sido tan pacífico, con el tiempo y un enfoque colaborativo, es posible volver a establecer el diálogo y encontrar soluciones que beneficien a todos, especialmente a los hijos, hasta que sean independientes.

Adaptando Acuerdos a Nuevas Realidades. Modificación de medidas.

Entendemos que la vida está en constante cambio, y es natural que las circunstancias personales y económicas evolucionen después de un divorcio. A veces, los conflictos surgen porque la realidad actual difiere de la que existía al momento de la separación. Ya sea porque los hijos han crecido y tienen nuevas necesidades, las situaciones de vida han cambiado, o el sistema de custodia establecido ya no es el más adecuado.

Mi enfoque, incluso en estas situaciones cambiantes, sigue siendo el mismo. Apuesto por la comunicación abierta, el diálogo y la búsqueda de acuerdos que se adapten a las nuevas realidades. Creo en la importancia de la flexibilidad y la adaptación de los acuerdos para garantizar que reflejen de manera precisa la situación actual.

Sin embargo, sabemos que a veces, a pesar de todos los esfuerzos de negociación, puede no ser posible llegar a un acuerdo mutuo. En estos casos, mi orientación se mantiene firme: llevaré el caso al juzgado para que se dicte una sentencia justa y adaptada a tu nueva situación. Mi prioridad es proteger tus derechos y asegurarme de que cualquier resolución legal refleje de manera precisa la realidad de tu vida en ese momento.